Sara / Mamá de una niña de 7 años y un niño de 16 meses
¿Cuáles son para ti la Cara A y la cara B de la maternidad?
Para mí, la cara A de la maternidad, sin duda es el amor que se te despierta una vez que tienes un hijo. Es algo diferente a todo lo que antes has sentido y experimentado. Y en mi caso, tengo dos, y ver que dos personitas te ven con unos ojos de admiración y de amor absoluto, eso es que es…de verdad, que hay que tenerlo, para vivirlo, ¿sabes? suena a topicazo, pero hay que pasar por ello para saber de lo que te hablo. Es una sensación, como que te llena, como que antes no habías sentido nada igual y esto ahora es…algo fuera de lo común. Es algo bonito y yo, sinceramente, animo a cualquier persona que quiera ser madre o padre que hay que vivirlo una vez en la vida porque es algo espectacular.
La cara B, para mí, es que te llenas de miedos. Lo sentí desde el minuto 1 que tuve a la mayor. En el momento en que tienes a tu bebé, así como te llenas de amor, y de alegría, y de “bua qué pasada”,… te llenas de miedos. Porque lo único que piensas es en su bienestar. Ya se te vienen muchas imágenes a la cabeza, piensas en el futuro. En decir, antes solo sobrevivía pensando en mí, en que me pueda…bueno, más allá de pensar en lo que les pueda pasar a unos padres, unos hermanos, …sí, más bien, lo que pueden llegar a vivir a ellos, a no ser felices, a no conseguir lo que quieren en la vida, no sé, es como que te llenas de miedos y de inseguridades de cara a un futuro de que ellos estén bien, de que todo les salga bien, de que tengan salud, …es un amor y a la vez una frustración, es una cosa muy rara, no sé explicarlo.
– ¿Cuáles son tus pilares en la crianza?
Mis pilares en la crianza, sin duda, el primero, es mi pareja. Pasamos los primeros 5 años de mi hija mayor fuera de nuestra casa. Estuvimos los dos solos por completo, y fue indispensable que entre los dos nos apoyáramos y nos ayudásemos en la crianza de ella. Y ahora, con el segundo, más, que dos se notan bastante. Y, sin duda, mis padres. Nos han ayudado muchísimo y nos siguen ayudando a día de hoy. Yo me baso mucho en la educación que me dieron ellos, y en lo que ellos han formado como familia, porque para mí, es un ejemplo. Y ya te digo, cada día nos ayudan un montón y me parece casi imposible la supervivencia sin unos abuelos.
– ¿Qué has aprendido en esta nueva aventura?
A nivel personal, aprendí que nunca pensé que fuese tan fuerte, ni que tuviese la decisión que tenía en cada momento, el arranque. Porque, estuve muy sola, porque estuvimos en el extranjero mi marido y yo, y, a nivel personal fue para mí un aprendizaje, fue madurar de 0 a 100 en nada. Porque aparte yo fui mamá con 25 años, era una niña y me volví una adulta por completo. Y como dos personitas se anteponen, te hacen que antepongas todo a tu vida, se vuelven una prioridad y lo único que te importa realmente. Y ya te digo, sobre todo lo que más aprendí es la madurez con la que viene la maternidad. Lo que te hace responsabilizarte de todo y decir, cuidado que esto es serio y ya no eres una niña ni esto son tonterías.
– ¿Qué consejo darías a madres que están a punto de tener a su bebé que te hubiese gustado saber en aquel entonces?
Mi primer consejo para una futura mamá es que no aceptase ningún consejo. La maternidad es algo que llevamos intrínseco nosotras, es algo que sale natural y que todas llevamos dentro. Me refiero, cuando te quedas embarazada te crees que no vas a saber reaccionar, no vas a saber actuar, no vas a saber cuidar a tu bebé, pero en el momento que le ves la carita, es como que se activa algo en tu cerebro y eres madre ya. Me refiero, todo lo que hagas va a ser por el bienestar de tu bebé. Cada madre y cada situación es un mundo. No sirve el mismo consejo para todas las madres. Yo soy muy antimadres de librillo, de estas que “no puedes hacer X porque tal o no puedes hacer lo otro…” No. El instinto te va a marcar las pautas de todo. Y creo que es un gran consejo el no atiborrarte a escuchar consejos de otra gente. Mejor es que dejes actuar a la naturaleza y a tu instinto porque sale solo, de verdad. Es que eso no hay que practicarlo, ni prepararlo, ni nada. Para eso hemos venido, para crear vida, y sin duda es que es algo real.